Galería de las graduaciones 2010 de Psicom

Más de la Semana de los sonidos

Radio Pueblo llegó a 18 años de existencia, mientras que Radio Voz On Line llegó a doce.

Por este motivo se realizó la Semana de los Sonidos en la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Sonora.

Aquí te traemos material adicional al publicado en la edición 49 de Génesis.

Palabras de la profesora Marcela Martínez:


Palabras del maestro Abelardo Domínguez:


Entrega de reconocimientos e Himno Universitario:


Galeria de la Semana de los sonidos:

¡Sociales es campeón!



Ultimo out por el campeonato de la Liga de Convivencia de Softbol del Staus, con el cual se corona el equipo de Sociales ante los Físico-Matermáticos.

¡Felicidades!

Galería de la ceremonia del décimo aniversario de génesis

Hagan click aquí:

El día en que se fue el agua

Joaquín Andrés Félix Anduaga: Ante el reto del periodismo universitario

Antonio García Viera

Son quince minutos antes de las tres de la mañana y tres personas se ocupan en computadoras del Area Editorial de la Licencitura en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Sonora. Contra el sueño y el cansancio, la música es necesaria, y al fondo se escucha la melodía “Has nacido libre”, con Camilo Sesto. De pronto, una voz roba la atención y dice:
“Muchachos, el periódico está listo, a las nueve de la mañana lo llevaremos a la imprenta, y hoy mismo nos lo entregan para comenzar a repartirlo”.
La frase va acompañada de una sonrisa que refleja alegría y satisfacción por el trabajo realizado, pero que no oculta las ojeras por los días de desvelo.
La escena se repite cada mes, desde marzo del año 2000. El protagonista es el profesor Joaquín Andrés Félix Anduaga, quien desde entonces ha estado a la cabeza del periódico “Génesis. Expresión de los Nuevos Valores”, impulsando a los jóvenes universitarios que deciden probar suerte e incursionar en el periodismo escrito.
La idea del periódico nace en el ’99. Revisando trabajos de los alumnos me di cuenta de su valor y creí necesario darlos a conocer fuera del salón de clases.
Para el semestre 2000-1 (enero-junio), un grupo excelente del Taller de Prensa, me entregó trabajos muy buenos de cultura, de deporte, de política.
Les dije: “Muchachos, aparte de la materia, vamos a reportear semanalmente, ustedes serán los editores de la publicación, y van a poner dinero para mandar hacer la primera impresión”.
No teníamos cubículo ni computadora, tampoco área de trabajo, no teníamos nada. Así fue la historia de los primeros cinco números, andábamos vendiendo periódicos a tres pesos.
En cinco años desde su fundación se han cosechado 30 números. Génesis significa origen y principio, es por ello que la Biblia contiene un libro titulado así, ahí se explica la aparición del hombre sobre la faz de la tierra y el inicio de la humanidad.
Yo creo que Génesis es un proyecto muy noble, tiene mucha calidad. Tan es así que en otras publicaciones nos han llegado a pedir lo que hemos publicado para reproducirlo y eso confirma que estamos manejando un nivel de enseñanza y aplicación muy interesante.
No hay improvisación, creo que estamos en un estándar mínimo de calidad en forma y tamaño. En el año 2000 obtuvimos el premio estatal en la categoría de Comunicación y Marketing, al que convocó el Instituto Sonorense de la Juventud, para reconocer las mejores propuestas en el área de comunicación.
Lo primeros apoyos del Departamento de Psicología y Comunicación surgen del maestro José Peralta Montoya. Posteriormente, con la maestra Blanca Valenzuela, comenzamos a trabajar en un pequeño cubículo con la maestra Elva Luz López Maldonado. Luego, se nos otorga el Area Editorial, que en un principio y hasta 2003, fue un almacén.
Desde entonces ya es cuidar un área, un equipo. Hay mucho más compromiso, pero también mucha más facilidad para trabajar. Tenemos computadoras, quemadoras, software, hay cámaras fotográficas, impresoras a color.
Sí, hay que ser institucionales, porque hay quien paga y ofrece toda la instalación, los recursos, pero hay que se estratégicos también, para ofrecerle al lector otras alternativas. Una publicación que encuentra ese justo equilibrio, no tendría por qué ser criticada.
Joaquín Félix, reflexiona sobre el futuro de Génesis:
También hace falta la autocrítica, sobre todo porque el público es juvenil, que es nuestro principal lector, es muy exigente, muy diversificado. Hay desde los que no leen absolutamente nada, otros que son muy críticos, otros que les gusta el entretenimiento.
A ese público complejo y difícil debemos dar cobertura, revisar lo que hicimos desde hace cinco años para que día a día se supere y logre impactar a los estudiantes.
Somos una publicación de 20 páginas mensuales o cada cinco semanas, y a todos los eventos debemos dar cobertura, ver cómo metemos esos eventos oficiales, pero también los que el público juvenil prefiere y merece, pero dependemos mucho de los colaboradores, de lo que puedan aportar, inclusive, de los eventos que se van generando.
Vamos a tratar de cambiar unas cosas de presentación y diseño, dedicarle más tiempo a la capacitación de la gente. Pasando cinco años, que son muchos, espero que andemos entre la publicación 60 ó 70, a lo mejor cambia la periodicidad.
A la fecha han sido mayores las alegrías que los fracasos, yo creo que debemos hablar de experiencias que nos han enriquecido, es cuestión de ir aprendiendo.
Joaquín Félix, es profesor de la Unison desde septiembre de 1997, cuando tuvo oportunidad de ingresar a la planta docente para impartir la materia de Taller de Prensa. Para esto, “el profe Anduaga”, como le llaman los estudiantes, dejó su trabajo como reportero en el periódico El Imparcial, donde laboraba desde marzo de ese mismo año.
A El Imparcial me hubiera gustado llegar con más fogueo. Fue un ambiente muy fuerte, con mucha competencia, y no le rehuí a eso, pero la oportunidad que surgió dentro de la universidad, para mí fui muy atractiva.
Los primeros años fueron muy difíciles en la universidad, había gente importante dando Prensa. Con el paso del tiempo me fueron soltando más carga académica y di la materia de Desarrollo de la Comunicación en México, combiné Prensa, con otras materias muy complejas como Sociología, Ideología, Fotografía. En más de una ocasión me quedé con ganas de dar más al alumno, pero sí te puedo decir que tanto las autoridades, como los alumnos me apoyaron mucho, me tuvieron paciencia.
Cuando llega a la Unison a dar clases, a menos del año de egresar de la licenciatura, ¿tuvo algún problema para dedicarse a la docencia, hubo grilla por ser nuevo en la planta de maestros?
No sentí grilla. Entré con mucho entusiasmo porque era una experiencia nueva. Si algo me valió fue que mis credenciales como estudiante, malo que yo lo diga, pero fueran buenas.

Un maestro muy absorbente

No sentí la grilla porque me dediqué a chambear, los primeros dos o tres años que di clases, era un maestro muy absorbente con los muchachos, a lo mejor me quería comer al mundo; hacía revisiones exageradas, con puntos, comas. Incluso fui muy inocente porque mucha gente que entra y que es aconsejada debidamente, empieza en los académico, pero empieza a hacer puntaje en otros ámbitos, y yo duré como dos o tres años, prácticamente dedicado al aula, de revisar trabajos, checar periódicos para dar ejemplos.
Cuando empecé a tener problemas fue cuando impartí materias que a lo mejor no estaban perfectamente vinculadas conmigo, con teoría. De repente llegaban comentarios, de qué anda haciendo éste aquí, o por qué.
Yo creo que los muchachos resistieron toda esa energía que traía. Toda esa información que creo que muchos periodistas anhelan, de estar leyendo libros, de estarse fogueando, esos muchachos se llevaron todo ese ánimo; incluso, hubo reclamos de que los traía muy acelerados, con mucha carga.
Si en un principio fue muy exigente, ahora después de ese tiempo de dar clases, de dirigir Génesis, ¿qué percepción tiene de sí mismo como profesor?
Soy más abierto y flexible, sin ser barco. Ahora entiendo el periodismo como una posibilidad muy abierta, ya no con cánones que traía muy arraigados, cosas a lo mejor muy cuadradas, cuestiones muy estrechas para manejar ciertos géneros.
Reconozco, que las formas de hacer periodismo realmente se han diversificado mucho. Creo que tengo buena comunicación con los muchachos y el hecho de entender el periodismo de una manera más global, me ha hecho no ser tan cuadrado.
Indudablemente desde la forma de dar clases, desde la forma de entender el periodismo, y de entender ámbitos del periodismo, es otro boleto. No sé, a lo mejor en diez años más te digo otra cosa, pero ahorita, siento que no estoy tan clavado en autores.
Según su forma de apreciar la realidad, ¿cómo cree que lo ven los alumnos, cómo piensa que lo califican en el aula y fuera de ella?
Hay gente que me respeta, pero también puede haber gente que no me ve co buenos ojos, que le parezco demasiado estricto. A lo mejor parezco hasta contradictorio, porque trato en la clase de ser muy ecuánime, de echar bromas, de reírme, de pasármela a gusto; pero al momento que me entregas algo y ese algo no está bien, hay gente que se ha contrariado. No soy un maestro perfecto, y si la gente logra entender y separar la amistad o un ambiente de humor de lo que es la calificación, siento que me respetan, siento que tengo un respeto mínimo dentro de la comunidad estudiantil.

Que no me califiquen de irresponsable

Lo más importante para mí, me quieran o no, es que nunca me califiquen de irresponsable, de sinvergüenza, de barco, de gente que solamente viene a cobrar, o que nomás viene a cumplir con estar en el aula.
¿Prefiere entonces que lo cataloguen como un maestro exigente?
Sí, prefiero que me tenga cierto respeto por eso. Que me quieran no está en mis manos.
Yo no soy maestro de multitudes, de 50, 100 muchachos que me estén aplaudiendo, a los mejor por ahí un grupo de quince, veinte, treinta en toda la carrera que a lo mejor estamos para compartir un proyecto; pero yo sé que el resto, si bien no me ama, me conformo con que me respeten, que no me califiquen en lo peor, en lo negativo, que vende calificaciones, que pasó a alguien por conveniencia.
¿Qué significado tiene ser profesor de la Universidad de Sonora y como parte de la institución, qué hacer para volverla diferente?
La universidad es un patrón muy generoso, donde puedes crecer mucho, te pagan bien, a mí me ha ido muy bien, no estuviera aquí si sintiera que no ha sido valorado mi esfuerzo, que no ha sido reconocido. Lo que en un momento dado quisiera que cambiara, y que va a ser imposible que cambie es, pues como sabemos hay grupos políticos, pero me gustaría que hubiera puntos de encuentro entre todos.
A veces son grupos irreconciliables, al punto en el cual la gente no se habla, a pesar de compartir el resto de su vida aquí como compañeros de trabajo, gente que simplemente se dedica a golpear, criticar, pero no a proponer cómo hacer mejor las cosas.
El hecho de compartir lo que sé, ha sido muy interesante, el hecho de ver cómo las personas se van haciendo de un nombre, ha sido genial para mí. La importancia de que los muchachos trasciendan y también los proyectos que hemos implementado, sentirlos cómo van creciendo, cómo se hacen de prestigio. A pesar de que nuestro trabajo de Génesis no está en los medios, es muy público, la gente lo ve, lo observa y lo juzga.
¿Qué es lo que un maestro debe ofrecer al alumno, qué debe enseñarle? ¿Son necesarios los valores, o ya no es la universidad el tiempo para hacerlo?
Sí es tiempo, al muchacho hay que enseñarle principios, no solamente procedimientos o técnicas. Es necesario que analice si lo que está haciendo realmente beneficia a la sociedad y si deja su nombre como comunicólogo bien parado ante el público. Al final de cuentas, somos intermediarios, el punto de conexión entre la realidad y el público; si olvidamos que estamos en una carrera humanística, en una universidad pública, y si desde el aula no fomentamos esos valores, vamos a crear una persona muy eficiente, pero carente de sustento moral y eso es peligroso, yo creo que es parte del compromiso.
Saliendo de lo académico de la universidad y situando la realidad en el campo laboral, ¿cuál es la situación del periodismo en Sonora?
Veo que muy pocos medios en el Estado, pagan como debe ser a sus reporteros, lo cual es pernicioso, porque el reportero no se actualiza, el reporteo cae en tentaciones fácilmente, por tres mil o cuatro mil pesos mensuales que les pagan.
Son muy pocos los medios que pagan bien, es una tristeza porque estamos hablando de un reportero que puede ser conformista, que no puede tener la motivación suficiente y todo está en lo puedan proponer. La situación es compleja, hay desempleo y una lista de gente que quiere trabajar y se conforma con los dos o tres mil pesos que le pagan.
¿Considera que la desaparición del periodista José Alfredo Jiménez Mota y todo lo que envuelve el caso, influya en el futuro en la gente que estudia comunicación o periodismo, incluso en quienes ya están haciendo carrera en los medios?
Yo creo que el llamado del periodismo es muy fuerte, siento que el espíritu rebelde, de no conformarse, de querer cambiar una realidad, seguirá presente. Va a ser difícil que esa experiencia, pueda parar a un joven, pero sí va a ser valorada.
Me atrevo a decir que un muchacho de 18 años, eso no lo va a detener, entre un espíritu de conciencia, hasta el hecho de querer cambiar el mundo, yo creo que no va a parar, no va a ser una limitante, cada vez que sean las inscripciones, aquí estarán los 500 aspirantes para entrar a comunicación.
Aún así, con dos escuelas de comunicación en la entidad y una de periodismo ¿son pocas las personas interesadas en dedicarse a esto?
Mucha gente no dimensiona el compromiso que se adquiere con el periodismo. Mucha gente entra, sale, no le gustan las malpasadas, las tostadas que se dan en el sol, todo lo que implica, los sacrificios de trabajar los fines de semana, mucha gente vive la experiencia y se va, y mucha que sabe cómo se trabaja, siente que no es lo suyo.
Eso requiere de un gran compromiso, sumado a las jornadas extenuantes. Hay medios de comunicación que quieren tener al reportero entregando cinco-ocho notas diarias, hay gente que no soporta eso, o quienes entre la timidez y la responsabilidad, lo visualizan de otra manera, que califica la actividad y no les convence.

Yo sí tengo vergüenza profesional

¿Cuál es la responsabilidad que tiene al llevar de la mano a las nuevas generaciones de periodistas y comunicadores?
Es mucha responsabilidad. Claro que de 40 muchachos, 20 se dediquen al periodismo, pues no… Pero sí que aprendan a dominarlos, que aprendan a apreciarlo, a criticar lo que ven publicado. Me mortifica que digan, pasó con 100 el Taller de Prensa, y ni siquiera sabe escribir; espero no enterarme que pasó eso con un alumno mío, yo sí tengo vergüenza profesional, a mí si me daría pena que estoy enseñando fuera impráctico.
La vergüenza de Joaquín Félix como profesor, la tuvo también en su época de estudiante. Cuéntenos algo de eso.
Yo nací en Huatabampo, Sonora, el 15 de septiembre de 1973. Mi infancia fue modestamente económica, pero muy bonita. Mi papá se llama Andrés Félix Ayala y mi mamá se llama María Teresa Anduaga Flores, ambos son de Navojoa, de cuna humilde. Son dos personas muy trabajadoras, de ellos no tengo la más mínima queja, siempre tuvieron el consejo y el apoyo. Somos tres hermanos. Le llevo tres años a mi hermano Alejandro y a mi hermana Claudia, le llevo seis. Siempre he tenido un sentido de protección hacia mis hermanos, por ser el mayor.
Mis primeros cinco años de estudiante fueron en Mochis, y tres de ellos fueron en una escuela particular. La verdad, yo creo que me pasaron porque pagaban mis papás, porque yo era tremendo, de los peores. Después fue muy curioso, porque en cuarto me cambiaron a una escuela pública y el maestro sin conocerme, en las primeras semanas me mandó a un concurso interno en la escuela, con tan buena suerte que pasé la eliminatoria.
En la secundaria me falto una décima para terminar con 99, en la preparatoria ya ni la friego, porque fue 100 exacto, pero fue horrible la presión, pero lo hice. En la Universidad de Sonora tuve el promedio de 99 y el primer lugar de la generación de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación.
Mi mamá me exigió mucho y para bien. Esa forma de ser de mi mamá hizo que fuera destacando en la educación, y que fuera sacando algunos reconocimientos especiales, lo que al final me permitió estudiar Comunicación y cambiar mis planes de estar estudiando Ingeniería Química en el Instituto Tecnológico de Sonora, donde estuve un año.
Entré a estudiar ahí por la economía de mis padres. Se me hizo mucho sacrificio para ellos que tuvieran un hijo estudiando en Hermosillo, eso sumado al mito que a los ingenieros les iba bien económicamente y que tenían buen futuro.
En segundo semestre dejé de ir a la escuela sin avisarle a mis padres, según yo esperando el momento para decirles: ya no estoy en Ingeniería Química, pero no lo encontré. Hasta que ellos se enteraron. Les dolió mucho.
Soy el típico caso del niño que muestra que su ámbito va a ser la comunicación. Me encantaba recortar notas y hacer una especia de periódicos murales. Mi padre recuerda mucho un campeonato de Los Cañeros de Los Mochis, porque en una cartulina, recorte y pegué todo lo de los juegos.
Además, dos o tres navidades me amaneció un radio de transistores. En las noches me quedaba a escuchar las radios hasta muy tarde, era un orgullo para mí, que no presumía con nadie, escuchar una radio de Chihuahua, de Monterrey, del extranjero.
En el instante que comenzaba a platicar de sus hijos y esposa, el maestro se da cuenta que el del Área Editorial está retrasado por hora y media. Suena su teléfono celular y entre otras cosas, contesta: ya no tardo, Aleyda, en un ratito más y llego.
Como te decía, mi esposa la conozco desde que estábamos en la escuela. Cuando íbamos en la fase final de la carrera en el ’95, nace mi primera hija, Andrea, no fue algo que nos complicara, tan es así que no dejamos la carrera y que seguimos con los buenos promedios. Está también mi hijo Santiago, que tiene tres años. Los dos son una bendición de Dios, son muy vivos, inquietos, inteligentes.
Somos una familia modesta, de clase media, sin lujos, que está pagando el carrito, la casa, con mucho por pagar y mucho por hacer. Vamos saliendo adelante, no ha sido fácil, el proyecto de mi vida está con ellos. Espero que mi señora siga como editora de la Revista Dominical en Cambio Sonora; creo que tiene mucho futuro, es una excelente escritora, tiene mucha sensibilidad.
Mis hijos son el motor, el fundamento para que uno siga adelante, de que a uno no le gane el cansancio, no hay mejor motivación. Hay muchas cosas por delante.
¿A qué le tira, a sus 31 años de edad?
Quiero establecerme en la universidad, esto es lo que me gusta, lo que quiero hacer por el resto de mi vida, quiero que Génesis siga creciendo.
Quiero atender a mi familia los años que Dios me lo permita, lo tengo en mi proyecto de aquí al resto de mi existencia. Quiero segur conociendo mucha gente en el aula, seguir sintiendo esa cosita padre de saber que ya están afuera haciendo carrera, eso es muy bonito, no lo cambio por nada.
Quiero también seguir siendo motivo de orgullo para mis padres, de mis hermanos, nunca ser un punto de referencia negativo, para mí su opinión es muy importante, siempre me han apoyado. No me interesa ni siquiera el dinero, a lo mejor va junto con pegado todo lo que he dicho, claro, mucha salud, muchas energías.
Si le ofrecieran hacer periodismo fuera de la universidad, en algún medio externo, en algún puesto directivo, ¿aceptaría?
No, si ya estuviera establecido en la universidad; no, acaso si quieren alguna colaboración o asesoría, pero ya de irme a un medio, estando establecido en la universidad, pues no, porque me encanta estar aquí. Soy muy feliz en la universidad, estoy muy contento.
¿Qué significa para usted, tener la camiseta de la Unison, bien puesta?
Significa, que soy egresado del Alma Máter, me tocó como maestro, empezar desde abajo, sin cubículo, sin área, cargando los trabajos, mis bolsas de Ley eran clásicas por cargarlas por todos lados, entender los valores universitarios, toda la gente que ha pasado por estas aulas, y si logras dimensionar todo esto, quedas tocado por el tipo de escuela en la que te toca trabajar. Es una escuela, que a lo mejor sí tiene sus problemas, pero yo me entrego a lo que tengo, no me importan las desveladas, yo no ando con que ya cumplí.
¿Algún sueño?
Simplemente pido -si alguna vez hiciera una recapitulación de mi vida- quisiera ser recordado como alguien que cumplió en tiempo y forma con lo que debía, estamos hablando de amor, de pasión, de trabajo, de amistad, de cariño, simplemente.
¿Y algún sueño guajiro…?
Que vuelva a ser campeones Los Mayos, no se vale, ¿verdad?, ese está muy guajiro; no, eso es broma. Si tuviera un sueño muy guajiro, a mi me encantaría que algún proyecto de corte estudiantil periodístico pudiera crecer más allá de las fronteras, y me refiero a viajar al extranjero, a capacitación, en dar a conocer nuestro trabajo. Que se conozca en cualquier ámbito, regional, nacional, ir yo, ir los otros estudiantes; ah, no sabes cómo me encantaría eso. Que lo que hacemos en el aula, salga de aquí.
¿Le gustaría que hubiera un medio alterno a Génesis?
Me gustaría mucho, yo creo que la competencia es muy sana, yo siento que debe haber proyectos alternos.
¿Ha sido feliz?
Sí, muy feliz. A veces me enojo, me desespero, porque suelo ser muy perfeccionista, muy exigente conmigo mismo y con los demás, pero fuera de esos enojos, he logrado ser muy feliz, disfruto mucho lo que hago.
Me encanta la vibra de los muchachos cuando entro al aula, me encanta saber que hice bien mi trabajo, que tengo una esposa encantadora y muy inteligente, que tengo unos hijos muy lindos, una familia que estoy bien y en paz con ellos, son el punto en el que me respaldo y me apoyo. Tengo unos colaboradores muy buenos, yo los veo en un futuro muy bien colocados, haciendo grandes cosas. Recapitulando, no me puedo quejar, tendría mucho que agradecer a Dios, tengo salud, tengo amor, no tengo tanto dinero, pero qué le vamos a hacer, ese va y viene y ni modo.